Pericles, en uno de sus famosos discursos, defendía la democracia y entendía que dicha forma de gobierno salvaguardaba al Estado del egoísmo del individuo y, a su vez, defendía al individuo de la arbitrariedad del Estado. Mientras que la arbitrariedad es decidir sin explicar, a golpe de autoridad, normalmente en uso de la fuerza, explicar es motivar, argumentar o razonar. Por lo tanto, son decisiones arbitrarias aquellas que se toman sin explicar sus motivos.
Uno de los casos estrella de nuestro despacho ocurrió hace más de diez años. Nuestro cliente, conduciendo un vehículo, recibió el alto por policías que vestían de paisano y no se detuvo. La respuesta policial fue la descarga completa sobre el vehículo de los cargadores de seis pistolas. Cinco disparos acertaron en el cuerpo de nuestro representado, dos en su cabeza. No obstante, no iba armado y tampoco fue acusado de ningún delito. La policía argumenta que hubo un intento de atropello y su respuesta es considerada a algo parecido a la “legítima defensa”.
¿Esto paso en España? Desafortunadamente SÍ.
¿Nuestro cliente ha sido indemnizado? Desafortunadamente NO.
Tras su paso por el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, estamos preparando nuestra primera demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Y en este momento me dirijo a ti, lector de este blog, si alguna vez te ha golpeado la arbitrariedad de Estado, llámanos. Nos gusta.