Pagar la hipoteca es uno de los grandes quebraderos de cabeza de los españoles todos los meses. Pero, realmente ¿conocemos las consecuencias que tiene el hecho de no pagar las cuotas al banco?
Para saber qué supone no pagar la hipoteca, primero hay que conocer de qué se trata la hipoteca. Pues bien, la hipoteca es aquel acuerdo que se llega con el banco por el cual te conceden un préstamo (te entregan una cantidad de dinero), a cambio de la devolución de este dinero con intereses.
En resumen, la hipoteca es la garantía que tiene el banco de que pagarás la deuda suscrita.
En el momento en el que incumples tu obligación de devolver ese principal más intereses, es decir, se produce un impago, el banco tiene derecho a embargar tu vivienda. El banco tiene derecho a pedir la ejecución de la hipoteca, buscando con ello poder cobrar de algún modo el dinero adeudado.
No obstante, antes de llegar a esta situación de embargo, el banco cuenta con otro tipo de mecanismos o sanciones con los que presionar al consumidor para cobrar lo debido.
Entre ellas podemos encontrar la comisión de posiciones deudoras, se trata de un pago que el banco aplica como gasto formal de notificaciones y suelen rondar los 30 euros por cada recibo devuelto.
Otras de las cláusulas que se aplicarán será el interés de demora, se trata de un porcentaje que se aplica sobre el dinero debido y que va generando intereses cada vez que no se salda la deuda.
Gracias a la nueva Ley Hipotecaria el consumidor se encuentra más protegido en caso de tener algún tipo de impago. Actualmente, el banco no puede solicitar la ejecución de la hipoteca hasta que no se produzca el impago de 12 cuotas o el valor estimado del 3% de la cuantía hipotecaria adjudicable en la mitad de la misma.
En el momento en el que comienza a acumularse la deuda y comienzan a cobrarse intereses de demora, si la situación financiera no va a mejorar en un corto período de tiempo, la mejor opción es renegociar las condiciones del préstamo con el banco. La mejor opción sería solicitar una ampliación del plazo o solicitar la extensión para reducir el importe de las cuotas mensuales a un importe que sea asumible.
La otra opción sería vender la vivienda y pagar la deuda con el dinero que se obtenga de la venta. También es posible solicitar la dación en pago, entregando la vivienda al banco saldando de esta forma la deuda, perdiendo igualmente la propiedad.